Hoy ha sido un día productivo. A primera hora de la mañana caía en mis manos un Yamaha U1, el modelo más vendido en el mundo entero. No será la primera, ni la última vez que coincida con uno de estos, y es que ser el piano más vendido de una marca que se acerca a los 7 millones de pianos fabricados lo dice todo.
El trabajo ha comenzado en una exhaustiva limpieza en profundidad del interior del piano, ya que es algo fundamental en un profesional el trabajar sobre limpio, haciendo bien el trabajo, y es que con casi 30 años de edad, se podía encontrar parte de la historia de su dueño dentro de él.
A continuación nos hemos puesto manos a la obra en la regulación completa tanto del teclado, como en una profunda puesta a punto de la maquinaria del mismo, macillo a macillo, báscula a báscula, comprobando que cada una de las partes del piano funcionan perfectamente y se encuentra ajustada conforme a los valores del fabricante.
No hay nada más gratificante en el trabajo diario que poner a punto la maquinaria de precisión de un piano, y comprobar que aún después de tantos años, todo sigue funcionando como el primer día, y es que los señores de Yamaha saben hacer pianos que perduran en el tiempo.
Finaliza el día ya pensando en ponernos mañana manos a la obra con el pulido del mueble y la afinación del piano, y es que un piano debe entrar tanto por el oído, como por la vista.
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